Acá en San Pedro, en realidad la celebración no es diferente que en el mismo epicentro de Chile, Santiago; donde la interpretación de la fiesta se reduce a más que una nueva forma de marqueting, gastos monetarios y la necesidad de comprar un disfraz para los niños, que son los principales "consumidores", por así decirlo, de esta instalada marcha de verdaderos diablitos y brujillas, listos para una noche llena de caramelos y dispuestos a arrojarte huevos si es necesario.
Aquí es en San Pedro es una novedad esta rara fiesta, pero rápidamente los habitantes de San Pedro se ponen al día de como funcionan las cosas, igualmente que en Santiago.
Esta gran locación altiplánica, ubicada a 1.670 kms. al norte de Santiago de Chile, es considerada como una capital arqueológica y es uno de los atractivos culturales más visitados del país y preferido por millones de turistas de todo el mundo, lo cual le brinda una característica cosmopolita. Aquí encontrarás la historia de antiguas civilizaciones, con momias de cuatro mil años de antigüedad, maravillas naturales y fascinantes paisajes.
Pero hoy veo que la historia toma otros rumbos, así como se han desmoronado las costumbres de varios ejemplos dentro de Chile aunque por distintas razones, o como una manera de actualización, las identificaciones o las lecturas de los retratos son claramente una mirada concreta de como se ha interferido, o propiamente, adaptado una festividad contrastada de una realidad ancestral que sólo se ve estampada en los fondos de los niños retratados, y que en ellos se pueden apreciar en sus actitudes, y al ser fotografiados, y de cómo se sobreponen los detalles de sus rostros y sus adornos, apropiados de culturas agenas.
Podemos ver a un niño del altiplano disfrazado como el malo de la película norteamericana "Scream", con una pose popular, con el gesto de "paz" en sus manos, y como fondo nada más que un muro propio de su cultura que es contrastada con una actualidad llena de información ajena a sus raíces. También nos encontramos con una pequeña Brujita, con sus rasgos indígenas, vestida con un traje netamente ícono de lo que se llama "bruja", y que posa como si estuviese en una pasarela de modas, claramente adoptado de las revistas y la televisión, y considerando a la cámara como un objeto de presencia importante o tanto como para aparecer con esta actitud.
Podemos cuestionar las razones del cómo llegamos a ver o a ser partes de cambios constantes en nuestro país, y podemos juzgar sin tener en cuenta que dentro de las culturas existe un general motivo que se repite en todas las sociedades, y ese es que cambiamos según los aprendizajes, y que nos adaptamos a los comunes denominadores que frecuentan nuestro entorno.
Estas fotografías creo que hablan por sí mismas y las interpretaciones pueden ser varias o cuestionadas, pero en virtud de ser el fotógrafo, y de mi aprendizaje, leo en estas imagenes lo que he tratado de explicar con un sentido común para poder formular una idea, o abrir camino a una diferente.
Este trabajo pretendo continuarlo, mediante los próximo dos años para tener un contraste más especifico dentro del mismo Chile, osea fotografiar la zona central y el sur durante las mismas fechas del día de brujas. Siempre en busca del contraste cultural ya que es mi principal motivo de documentar.
Nov.2010